Ayer tuvimos el placer de
escuchar a Ileana Tomasi, de la Escuela de Educación Infantil Loreka, en la
cual no es ni maestra ni educadora, pero no por eso deja de ser importante, ni mucho menos.
Loreka surgió como idea en el año 2003, con el objetivo
de conciliar la vida laboral con la personal, ya que había una clara necesidad
en éste ámbito. Eran conscientes de que había un problema, y después de 15
meses reflexionando, contactando con empresas privadas y entidades públicas,
obtuvieron el feed-back que tanto deseaban, y que sirvió para identificar las
facetas de la vida personal que son especialmente difíciles de compaginar con
lo profesional: tareas domésticas, maternidad/paternidad, educación de los
bebés, vacaciones escolares, atención de nuestros mayores, etc.
No pasó más de un año desde que
empezó la actividad de la empresa cuando Loreka
recibió el premio a la 'Mejor idea empresarial' otorgada por GARAPEN, la Asociación de Agencias de
Desarrollo del País Vasco. Después de este premio tan importante, inauguraron
en 2005 la Escuela Infantil situada en Igara, la cual iba más allá de lo asistencial, ya que creen imprescindible que la etapa 0-3 años también sea de carácter educativo.
La elección de la ubicación no
fue casual, Igara es una zona empresarial y al mismo tiempo residencial, por lo
que los padres tienen la opción de llevar a los niños en la escuela, irse a
trabajar y, al salir, recogerlos. Esto facilita mucho el día a día de los
padres, pero por lo que nos ha dicho Ileana, sobre todo el de las madres, ya
que son ellas las que normalmente llevan y recogen a los niños.
Éstas son las características de la escuela:
- Calidad educativa en cuanto a instalaciones y número de niños por
educador. El ratio oficial en la etapa de 0-1 años es de 8 niños por
educador y en Loreka hay sólo 5; en la etapa de 1-2
años hay dos educadores para 13 niños; y en la etapa de 2-3, 2 educadores
para 18 niños. Gracias a esto, ofrecen una mayor calidad en la atención
asistencial y emocional: los niños se sienten seguro, hacen relaciones de
apego con los educadores, hay más confianza, etc.
- Los niños tienen que ser los protagonistas. Tienen propuestas de
talleres, diferentes materiales, etc. El objetivo es estimular lo que en
ese momento le interesa al niño sin obligarlo a hacer nada en ningún
momento.
- Los educadores están formándose constantemente para poder
ofrecer innovación educativa: cursos en Bélgica, metodología Reggio
Emilia (para talleres de pintura), formación en talleres de plástica,
formación en psicomotricidad, etc.
Una de las innovaciones más relevantes fue la
introducción de la pizarra digital en 2007, gracias a las subvenciones del
Gobierno Vasco. Tenían una pizarra digital, ¿y luego qué? No había muchas
aplicaciones para la etapa de 1-3 años, entonces fue cuando pusieron en marcha
el proyecto Jolasbit, cuyos
objetivos eran los siguientes:
- Disponer de material educativo para pizarra digital.
- Actividad complementaria.
- Flexible y adaptable, que pudiera evolucionar con el tiempo.
Para la creación de material educativo para pizarra
digital, primero, identificaron actividades educativas a realizar en formato
digital y, después, definieron los requisitos de las actividades. Para el
desarrollo informático, tuvieron la colaboración de una empresa informática y
así es como, finalmente, desarrollaron el material multimedia.
El material consta de diferentes aplicaciones: puzles,
sonidos, formas y siluetas, estaciones del año, emociones y partes del cuerpo.
Los niños pueden elegir entre esas seis opciones y interactuar con los demás
niños, fomentando las actitudes cooperativas. No querían que se limitase sólo a
la etapa de 1-3 años, también querían que los niños de 3 a 6 años pudiesen
utilizarlo, por lo tanto, las aplicaciones tienen diferentes niveles de
dificultad; en los puzles, por ejemplo, hay imágenes sencillas y más complejas,
también se puede elegir el número de piezas del puzle. Cuando terminan el
ejercicio, aparecen en la pantalla globos, confetis, etc. y se pueden escuchar
aplausos, que es lo que al final más les gusta a los niños.
Según Ileana, la pizarra digital no les aporta ni más
ni menos a los niños, los recursos tradicionales y la pizarra tienen que ser
complementarios, no sustitutivos. Lo que está claro es que no se puede negar la
evidencia de las tecnologías y que el uso de ellas es positivo, siempre y
cuando se utilicen de forma controlada. En Loreka la pizarra digital no está en
las aulas y igual que tienen sesión de psicomotricidad, tienen sesiones de
pizarra digital. Ileana decía que ver sus reacciones era muy enriquecedor, los
niños pintaban en la pizarra digital y luego se miraban las manos para ver si
las tenían sucias y ver sus caras de sorpresa era impresionante.
Viendo el éxito que está teniendo con los niños
en Loreka, han pensado en facilitar a otros centros el material
digital y también tienen un proyecto de futuro cuyo objetivo es ajustar
transformar el material para que puedan utilizarse en PCs, tablets, etc.
Uno de los inconvenientes de utilizar la pizarra
digital con niños tan pequeños es que, aunque la pongamos al ras del suelo,
muchas veces no llegan a la parte de arriba, por eso nos ha parecido
interesante la mesa digital. Mediante este instrumento, el cual podemos
encontrar en Ekintza Ikastola, por ejemplo, los niños están al
rededor de la mesa con todo al alcance.